“La estética de la piel, si la hace un dermatólogo, tiene un plus añadido”
El Dr. Diego del Ojo preside desde el año pasado la Asociación de Clínicas Dermatológicas Privadas de España (Dermus), recogiendo el testigo de su fundador, el Dr. Manuel Asín. En esta entrevista, reivindica la importancia del dermatólogo como especialista de la piel sana y recuerda la diferencia entre dermatólogo privado y estético.
A finales de mayo tendrá lugar la XI reunión de Dermus, ¿Cuáles serán sus novedades respecto a años anteriores y lo más destacado del evento
En esta reunión , a la que todos los asistentes llamamos “la reunión diferente”, siempre hay novedades y siempre son interesantes, pues se basa en aportar todas las experiencias de cada dermatólogo participante que se le han presentado a lo largo del año y que muchas veces no están ni publicadas en las revistas científicas, pero que son problemas a los que hay que dar respuesta.
Tendremos talleres precongreso sobre temas muy novedosos y muy demandados, coordinados por la Dras. Marisa Tirado y Teresa Leal. En el congreso habrá cursos sobre temas muy interesantes: diferentes láseres,
tratamiento para problemas difíciles de resolver como el melasma, las alopecias, nanotecnología, nutrición y también sobre temas de gestión, que no siempre están presentes.
¿Cuántos asistentes esperan congregar?
Al no ser un congreso clásico y tratarse de una reu- nión organizada por la Asociación de Clínicas Dermatológicas Privadas de España (Dermus), tiene un número muy parecido todos los años, aunque progresivamente van acudiendo aquellos dermatólogos que quieren tra- bajar en el ámbito de la dermatología privada y también algunos se van retirando por la edad. Este año espera- mos sobre unos 300 dermatólogos.
La asociación lleva algo más de una década de funcionamiento. ¿Cuál ha sido la evolución de la dermatología estética en estos años?
La dermatología es una especialidad médica apasionante pero que te exige un esfuerzo titánico para mantenerte al día. La parcela estética solo es una parte de la especialidad, que antes estaba abandonada por distintas circunstancias y que ahora, por exigencia social, requiere que se incorporen más dermatólogos. Se trata de una demanda que en la mayoría de los casos no está cubierta por la Sanidad pública ni por las compañías de seguros.
La gente no se conforma con estar sana, también quiere sentirse bien y tener un aspecto más joven. Además, los pacientes quieren borrar todos los signos que les recuerden los años que tienen o las consecuencias de enfermedades que sufrieron, como los procesos neoplásicos, por ejemplo.
No debemos confundir la dermatología privada con la dermatología estética. La primera se refiere a un modo de ejercer una profesión y la otra se refiere a una parte de una especialidad médica. A veces se confunde, porque el dermatólogo en la consulta privada es el que da respuesta a las exigencias estéticas de una sociedad cada vez más demandante en esta parcela, pero esto no implica que un dermatólogo no opere un cáncer de piel en su consulta.
Todo parece indicar una recuperación económica de la mayoría de los sectores. ¿Cómo está afectando a la dermatología privada?
En la consulta privada se tratan pacientes enfermos y sanos, ya que, al ser el dermatólogo el médico de la piel, trata todos los problemas de la piel sana aunque no sean enfermedades. Ejemplos de ello son la mejora del aspecto de la piel con hidratación, rellenos , peelings, tratamiento de arrugas… Es en esta parcela donde la recuperación económica se hace patente: la gente acude más al dermatólogo solicitando estos tratamientos al tener más medios económicos, pero está muy lejos todavía de la demanda anterior a la crisis. Afortunadamente, el dermatólogo privado, como trata patologías a veces muy serias, pudo trabajar durante la crisis, obteniendo unos ingresos acorde con su formación, cosa que otros profesionales que tratan poca patología no pudieron resistir. Por ello se cerraban muchas consultas y clínicas privadas.
Desde el punto de vista de técnicas y herramientas, ¿qué novedades destacaría de los últimos años?
En cuanto a aparataje, todos los años van perfeccionándose los equipos de tratamiento. También salen tratamientos nuevos para patologías y para problemas médicos con repercusión estética: a veces son nuevos fármacos y a veces son indicaciones nuevas de medicamentos que llevan muchos años en el mercado, como por ejemplo el uso de la oxibutinina en la hiperhidrosis, el ácido tranexámico en el melasma o la ivermectina tópica en la rosácea.
El dermatólogo en la consulta privada es el que da respuesta a las exigencias estéticas de una sociedad cada vez más demandante en esta parcela
Destaca también la aparición de láseres para tratar en menos sesiones los tatuajes, los láseres para rejuvenecimiento genital, técnicas como el nanofat, nuevos equipos de iontoforesis, antioxidantes por vía oral cada vez más completos, la relación entre vitamina D y piel, el campo de cancerización y los diferentes tratamientos. Sin olvidar por supuesto la aparición de los fármacos biológicos, cada vez más y con diferentes dianas, y el avance en el tratamiento del cáncer de piel.
¿Cómo ve el futuro de la dermatología privada en nuestro país desde el punto de vista científico y también económico?
La dermatología privada será lo que el dermatólogo quiera que sea. Estamos en España, que goza de un sistema de salud de dudosa sostenibilidad en estos momentos y por el que hay que luchar para mantener las prestaciones importantes en salud para toda la población. No cabe duda de que hay y habrá más actos que no puedan realizarse por la sanidad pública y si quiere alguien recibirlos tendrá que pagarlos, y ahí estará el dermatólogo, que además de tratar enfermedades también tratará la piel sana y hará dermatología estética, pues no podemos olvidar que la estética de la piel, si la hace un dermatólogo, tiene un plus añadido.